La historia de Emmanuel Zapata: del Ejército a competir en los JJ.OO. con su pareja


Emmanuel
Zapata
es atleta olímpico y forma parte del Ejército desde el año 2005, donde se lo conoce como Cabo Zapata. Se desempeña en pentatlón moderno y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro no serán uno más en su carrera. Es que Emmanuel, no solo se sacará la espina de no haber podido competir en Londres 2012, sino que representará al país tras 56 años de ausencia en la disciplina y nada menos que junto a su mujer, Iryna Khokhlova, recientemente clasificada.

Desde Europa, Zapata dialoga con ARG Noticias y habla de todo: sus expectativas, sus comienzos, lo que significa representar al país y cómo es cumplir el sueño de competir en un Juego Olímpico con su mujer.

-Estás en Moscú ahora, ¿cómo sigue tu calendario previo a los Juegos Olímpicos?
Bueno, ahora nos vamos a hacer un campamento a Kiev y después a Colorado Springs. No nos queda ninguna competencia grande antes de los Juegos, no hay ninguna en el calendario. Tal vez hagamos algún campeonato de esgrima por nuestra cuenta.

-¿Qué te genera el hecho de que seas el primer representante argentino en esta disciplina después de 56 años?
La verdad, la satisfacción de haber hecho la cosas bien y de alguna forma poder reflejar el trabajo de todo mi equipo, ya que atrás de esta clasificación no solo hay horas de entrenamiento por parte mía sino también mucho sacrificio de entrenadores y dirigentes de la federación.

-¿Cómo fueron tus inicios en el pentatlón?
Conocí el pentatlón moderno a través de mi entrenador Guillermo Filipi, quien trabajaba con mi papá en el Ejército y le comentó que estaba reclutando chicos para formar un equipo nuevo. En 2002 me contó de ese deporte, yo hasta ese momento era corredor de pista en 1500m. Me llamó la atención y empecé a entrenar, pero como un juego.

-Entraste al Ejército hace 10 años aproximadamente. ¿Te sirvió la práctica para hacer esta disciplina?
Yo era pentatleta antes de entrar al Ejército. Lo que hizo el Ejército fue apoyarme desde antes que tuviera resultados, me dio una seguridad económica para prepararme distinto. Mi primer y más grande reto fue aprender a nadar, ya que no sabía y por mi edad era difícil que alcance marcas competitivas. Los primeros 4 o 5 años me dediqué a nadar mucho.

-Tu familia también viene del riñón del pentatlón.
Sí, mi padre practicó 15 años pentatlón militar (otra modalidad del pentatlón) y mis dos hermanas están en el equipo nacional. Mi hermano también, pero hasta el 2013. Para mí representar al país y al Ejército es un honor. Soy muy nacionalista y me encanta poder defender la patria de alguna forma. En este deporte el 80% de los atletas de los otros países son militares. Entonces a la hora de competir siento que de alguna forma defiendo mi patria.

-Te habías quedado con las ganas en Londres 2012 (fue como suplente). Esta vez que tenés tu plaza asegurada, ¿cómo lo vivís?
La verdad lo vengo disfrutando desde que crucé la meta en los Juegos de Toronto 2015 (allí se clasificó). Cada vez que pasan los días tengo más ganas de que llegue Río.

Iryna Khokhlova nació en Amvrosiivka, Ucrania, y representó al país europeo en los Juegos de Londres 2012. Sin embargo, después de conocer al amor de su vida se nacionalizó argentina y ahora podrá compartir el sueño olímpico junto a Emmanuel.

-¿Cómo la conociste a ella?
Yo la conocí en las competencias y empezamos a salir en noviembre del 2011. Después de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 nos pusimos de novios e hicimos formal nuestra relación.
Ella se nacionalizó porque la federación ucraniana no le daba la opción de vivir en Argentina y competir por Ucrania.

¿Es cierto que iban a casarse después de Río pero tuvieron que adelantarlo?
Sí, es cierto. Tuvimos que adelantar todo por el tema de la nacionalidad. Si bien ella podía competir en todas las competencias de pentatlón sin pasaporte argentino, para los Juegos necesitaba sí o sí la nacionalidad. Y como de todas formas ya habíamos decidido casarnos después de Río, dijimos: “Lo hacemos antes”, y que ella no pierda la oportunidad de ir a los Juegos Olímpicos.

-¿Qué sintieron cuando se confirmó la clasificación de Iryna?
Para nosotros es un orgullo. Ir juntos y bajo la misma bandera. Es muy emocionante. Ella está muy contenta y agradecida de como la recibió nuestro país. Y se siente muy contenida por la federación. Sabíamos que su clasificación era casi un hecho, pero hasta que no cerrara el ranking la verdad que teníamos mucha incertidumbre. Ahora ya estamos más tranquilos y con la cabeza puesta 100 por ciento en Río.

-Y una vez en Río, ¿cuáles son tus expectativas?
Mi objetivo en Río es poder estar dentro del top ten. Un diploma seria excelente resultado.
La verdad una medalla es algo muy difícil pero me niego a decir que es imposible. Para mí lo imposible no existe. Sí hay que ser conscientes de que acá vamos a enfrentarnos con potencias como Rusia, Ucrania, Lituania, China…

-¿Cómo te imaginás una vez finalizados los Juegos?
Después de los Juegos tenemos el Campeonato Mundial militar en Alemania y después unas merecidas vacaciones. Quiero recorrer un poco la Patagonia, que siempre tuve ganas de ir. Luego, hacer un parate y empezar el siguiente ciclo olímpico con metas más ambiciosas para Tokio 2020.