Patricia Bermúdez: "Me siento más preparada que en Londres 2012"
Patricia Bermúdez (29) representará a la delegación argentina en Río de Janeiro en Lucha, una disciplina en la que ya participó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Como en su deporte, la santiagueña es también una luchadora en la vida, la que se gana trabajando como gendarme y le permite, por ejemplo, pagarse de su bolsillo un viaje a Estados Unidos para ultimar detalles de cara a los JJ.OO.
Recién llegada de una gira, Patricia atiende a Misión Olímpica y, además de pedir por favor que le pongan "bien la edad", cuenta cómo pasó del judo a la lucha, de dejar el deporte a trabajar de 'cualquier cosa' y, después de tanto esfuerzo, volver a competir en un Juego Olímpico, más madura que la primera vez.
¿Cómo llegaste a ser Gendarme?
-Por mi familia. Mi abuelo era oficial mayor retirado y quise seguir sus pasos. De entrada me dijeron que no me daba la altura, pero insistiendo me dieron bola y quedé, después de hacer un año de carrera. Ahora estoy en una oficina, pero hice de todo. Tengo horarios pero por el momento estoy autorizada a entrenar por el tema de los Juegos.
Fuiste judoca, te retiraste, volviste y te metiste en la lucha... ¿Qué te llevó a dejar y a volver a empezar?
-Cuando me retiré en el deporte (2007) trabajé de todo: en tiendas, vendía panchos... En la etapa que me retiré del judo, era muy duro viajar. Más que nada fue por un tema económico. Era medallista panamericana y cobraba 250 pesos. Es duro saber que no podés viajar a representar a tu país. Hay un antes y un después de mi retiro. Entré en un estado de depresión y aumenté 20 kilogramos. Por eso quise volver. El deporte me salvó de muchas cosas, me abrió puertas, conocí gente, lugares… Fue como empezar una nueva vida.
Hoy, después de haber estado en Londres 2012, ¿cómo te ves parada respecto de aquel Juego Olímpico?
-Me veo con más experiencia. En Londres tenía 2 años de lucha. Tenía poco roce internacional y era muy novata. No sabía ni con qué talle luchar de indumetaria, ja. Fue todo de golpe. Ahora cada año fui evolucionando y me lo he tomado de manera más profesional. Lo disfruto más y veo mis resultados.
¿Con esta evolución tuya, tus expectativas en Río crecen?
-Me imagino muchas cosas pero prefiero no decirlas porque no quiero quemarlas, ja. Pero primero hay que visualizar las cosas. Soñar sueño en grande, obvio. Las cosas se pueden dar o no, eso tiene el deporte. Me siento más preparada que cuando competí en Londres. La clave es disfrutar. No autopresionarse, sino te empezás a trabar y fallás.
La experiencia en Londres te sirvió para crecer y aprender.
-Sin dudas. En el Juego anterior, yo salí y al no estar acostumbrada a toda la gente que había, estás ahí y… no quería salir, le decía a mi entrenador que no sentía las piernas. “Quiero llorar, quiero ir a mi casa”, decía.
Patricia habla de los Juegos de Londres y no puede evitar la risa al contar una anécdota, en la que se burlaba de la gente que "hacía cola para sacarse una foto con un tipo". Luego, le contaron que ese hombre "alto y negro", era Usaín Bolt.
-"Uno está en su mundo, ¿viste? Y yo decía... '¿Tanto por ese flaco?'. Al final terminé sacándome yo también y me enteré después que era Usaín Bolt. Increíble".
¿Cómo sigue tu calendario de cara a los Juegos?
-Me voy a España a un torneo y después me voy a ir a entrenar a Estados Unidos, me pago yo el viaje. No tengo gente acá para entrenar de mi peso. Me ofrecieron comida y estadía y yo me pago el viaje. El ENARD me dijo que ya estaba afuera del calendario, entonces sale de mi bolsillo. Acá practico con gente más grande que yo, mi sparring pesa más de 10 kilos que yo. Estoy al límite de lastimarme siempre.
Tras años representando a Boca, Patricia explica los motivos de su cambio.
-No represento más a Boca, ahora estoy con la Fundación Dardo Gómez de Santiago del Estero. Me parecía que tenía que difundir la lucha en mi provincia, me gustaría que salgan luchadores y haya academias en la tierra donde nací. Siempre me hacen reconocimientos y te da cosa que no practiquen el deporte en el lugar de donde saliste.