Valentina Kogan: "Hace dos años pensé que no llegaba a Toronto y hoy vivo un momento único"
Valentina Kogan tiene 36 años y los Juegos Olímpicos de Río serán su primera participación en la cita olímpica y su última vez en el arco de la Selección Argentina de handball. Emblema de la selección y querida por todas sus compañeras, intenta abstraerse de los Juegos y trata de disfrutar día a día un 2016 soñado, en el que, además, será madre de mellizos con su pareja Carolina, con quien se casó hace tres años.
En medio del invernal otoño que padece Buenos Aires, Valentina atiende a Misión Olímpica y cuenta cómo vive sus últimos días en la selección y el camino a Río, que tuvo su riesgo en los Juegos Panamericanos de Toronto, en donde el equipo pasó de estar prácticamente eliminado a hacer historia y jugar por primera vez un Juego Olímpico.
¿Sabés de memoria cuántos días faltan para los Juegos?
-La verdad que no sé. Creo que es como una coraza personal que me puse de seguir viviendo día a día e ir mirando los objetivos a corto plazo. Hace dos años decía “no llego ni a Toronto” (los Juegos Panamericanos de 2015) y hoy estoy viviendo un momento único. El tiempo pasa muy rápido, por eso intento concentrarme en los objetivos cortos para poder estar presente en el día a día.
Fue agónica la clasificación en Toronto. ¿Pensaste que se quedaban afuera de todo?
-Sí, la verdad que sí. Apenas terminó el partido con Cuba (el rival a ganar) pensé “bueno, se terminó todo, dejo de jugar”. Estaba caminando hacia el vestuario y me acuerdo que tuve ese pensamiento de dejar mi carrera, pero al momento me di cuenta que no podía hacerlo. “Esto no se terminó”, dije. Fue una conversación conmigo misma en un minuto. Cuando volví al vestuario y ví a todo el mundo cabizbajo recordé cuál era el objetivo.
¿Volviste a comer carne? (Valentina cumplió una promesa y comió carne, después de 20 años, tras la clasificación)
-No, quedó ahí –dice entre risas-. El otro día miraba el video de la promesa, pero en realidad comí carne al pedo, porque la promesa era si le ganábamos a Cuba. ¡Y a Cuba no le ganamos! Después sí lo hice por la clasificación, pero podría haber pasado de largo.
¿Para qué están en los Juegos de Río?
-Nosotros somos conscientes que tenemos la posibilidad de jugar de igual a igual con todos los europeos, con todos los fuertes. Tener chances de llevarnos un triunfo, de pelear hasta último momento. Lo contrario a eso sería que en un primer tiempo nos ganen y nos saquen 8 o 10 goles. Queremos ganar esos partidos que tenemos de igual a igual, pero no hay que olvidar que estamos hablando de los mejores equipos del mundo.
¿Dónde está parado el handball femenino respecto de años anteriores?
-Hubo un cambio en la mentalidad. La posibilidad de ir a un mundial y no estar pensando “por cuánto vamos a perder” y saber que lo podemos ganar. No entrar desde el vamos sabiendo que vamos a perder. En eso hubo un cambio.
¿Qué imaginás de los Juegos?
-La verdad no estoy proyectando mucho, estoy viviendo el día a día. Quiero dejar que los Juegos me sorprendan. Sí me imagino la situación de entrar a la cancha con la celeste y blanca, ver amigos, ver gente querida en la tribuna. Hoy por hoy disfruto de jugar.
Y en la Villa Olímpica…
-No pensé bien, pero voy a disfrutar de todo el circo olímpico, obviamente. En ese sentido voy a ser una nena en el mundo del juguete.
Valentina está en pareja hace 5 años y casada desde hace 3 con Carolina, con quien cumplirá el sueño de ser madre de mellizos. Del otro lado del teléfono, en una mezcla de emociones, cuenta cómo vive este presente.
Además de Río, este año es especial para vos porque vas a ser mamá, algo que te costó mucho.¿Cómo fue el proceso?
-Queríamos ser madres, nos amamos y bueno, quisimos encarar este proyecto juntas que por varias razones se dio en este momento, que quizás no es lo más conveniente. Se dio ahora y tiene esta complicación que está cerca de los Juegos. Carolina no va a poder viajar (por el embarazo) pero es un proyecto en el cual apostamos un montón. Estamos muy felices.
¿Influyó este tema en tu retiro? (Valentina, tras los Juegos, dejará la Selección tras mucho tiempo?
-No, era una decisión que ya tenía tomada desde antes. En mi vida laboral además del handball, el esfuerzo se hace más difícil, porque el físico no te da para lo mismo, porque querés hacer otras cosas… El tema de los Juegos fue un sueño y una cuenta pendiente de toda mi vida, quise apostar a eso. Siento que estoy satisfecha con el handball y es el momento para dar un paso alcostado.
Ocupada vas a estar, porque los mellizos te van a llevar bastante tiempo…
-Va a ser un baile enorme, ja. Creo que no estoy entrenada, pero sí estamos muy entusiasmadas las dos. No tenemos idea qué va a venir, pero bueno, que se venga porque estamos preparadas para los desafíos. Esto fue elegido, craneado, racionalizado durante mucho tiempo. No fue casualidad. Y hoy lo disfrutamos.